Dice un refrán popular que "con buen queso y buen vino se hace más corto el camino", y es que desde tiempo inmemorial el queso de La Serena es un habitual en el zurrón y la alforja de los pastores y peregrinos de esta región. Una joya que siglos después sigue haciendo las delicias de aquel que la prueba. Estos parajes atesoran uno de los enclaves mejor conservados de la península Ibérica por la riqueza y diversidad de sus recursos naturales, y están considerados como uno de los ecosistemas faunísticos más importantes de Europa.
Sus grabados rupestres, sus conjuntos dolménicos o las magníficas muestras de influencia orientalizante nos hablan de un territorio con un bagaje cultural e histórico incomparable. Los numerosos vestigios de época romana, sin olvidar una importante muestra de arquitectura castrense, nos hablan del carácter estratégico de una zona que ha sido testigo de una pujante beligerancia entre cristianos y musulmanes, que acabaría con el control del territorio de las Órdenes Militares, presentes en la región desde época medieval.