ELABORACIÓN
Los suflés suelen dar un poquito de miedo ¿Subirá? ¿No subirá? pero al final, como todo en esta vida, hay que lanzarse y atreverse con ellos.
1. En un cazo, se tiene que fundir la mantequilla y añadir progresivamente sin parar de remover la harina, el azúcar y la leche en caliente.
2. Se retira el cazo del fuego y se añaden las 4 yemas de huevo. Es importante separar bien las claras y las yemas para que luego las claras se monten bien. Se remueve bien la mezcla y se añade el queso y se vuelve a remover.
3. Se montan bien las claras a punto de nieve. Para saber cuándo están bien montadas, basta con darle la vuelta al recipiente y ver que no caen y se añaden las claras con movimientos delicados y envolventes para evitar que se bajen. Lo ideal es utilizar una "lengua" de silicona. Cuando estén bien integradas en la mezcla, verter en los moldes engrasados previamente. Es importante no llenar hasta el borde ya que se derramará al empezar a subir. Es recomendable llenar hasta aproximadamente la mitad.
4. Se ponen los moldes en una fuente honda de horno con el fondo lleno de agua y se mete en el horno precalentado y se hornean 40 minutos a 150 grados en una altura media del horno. Es importante no abrir el horno durante la preparación, ya que esta bajaría, y servirlos recién hechos, puesto que bajan bastante rápido una vez sacados del horno.
5. Se presenta el suflé espolvoreándolo con azúcar glas o con una jalea realizada con las mismas cerezas.
Autora: Patricia Sola . Blog: chafardeando.blogspot.com.es